En un bar de Torrevieja entra una sueca.
- Buenas, ¿me pone un vaso de vino tinto?
Bueno, el caso es que se lo ponen, a la tía le gusta y pide otro, y al final acaba con tal pedal que se queda inconsciente. En esto que el del bar piensa: “Jo, con lo buena que esta… voy a meterla en la trastienda y me la tiro”. Cuando ha acabado, se pone a pensar “Pues mira, yo que le debo un favor a Juan por lo de la camioneta… voy a llamarle”. Y Juan se la tira también, y luego se le ocurre que también pueden llamar al cura, que debe tener un hambre… y luego el vecino, y el panadero, al equipo de fútbol local, etc, etc.…
Al día siguiente la misma sueca entra en el bar.
- Buenas, ¿me pone un vaso de vino blanco?
- ¿Ya no le gusta el vino tinto?
- No me hable de vino tinto que me produce dolor de coño…