Después de unos minutos de viaje, el tren pasa por un túnel, y se oyó el sonido de una bofetada. Cuando salieron del túnel, el francés tenía la cara roja.
La rubia espectacular pensó: ...el francés hijo de puta me quería meter mano y se equivocó, y le metió mano a la gorda, y la gorda le pegó una ostia.
La gorda espantosa pensó: ...el francés hijo de puta le metió mano a la rubia, y la rubia le pegó una ostia.
El francés pensó: ...ese español cabrón le metió mano a la rubia y la rubia se equivocó, y me pegó la ostia a mí.
Y el español pensó... ojalá venga otro túnel para pegarle otra ostia al gabacho hijo de puta...
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