"Una pobre mujer, acude a un horpital religioso cerca de su casa para dar a luz. Pero esta mujer ha tenido una vida tan mala que acaba muriendo en el parto
Las monjitas que no tienen ni idea de qué hacer con el bebé piensan que hacer con él.
En una habitación cercana yace en la cama un cura al que le han operado y a él se le acercan las monjitas para comunicarle que el dolor tan grande y ese bulto que tenía era por un bebé que llevaba dentro.
El cura piensa que ha sido obra del señor y no queriéndolo dejar piensa: Y qué haré yo ahora con un bebé en el pueblo? La gente se reirá de mi... Pues diré que es mi sobrino.
Pasan los años y el muchacho crece en la Casa del Señor.
El cura ya en su lecho de muerte, llama al chaval y le dice que tiene algo muy importante que contarle.
- Verás hijo, tengo que contarte algo muy importante.
- Ya lo se, se que eres mi padre.
- No, yo no soy tu padre. Yo soy tu madre, y tu padre es el Arzobispo de Cuenca."
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