En un aeropuerto de Rusia, un espía huía de la KGB.
Estaba a punto de ser capturado, cuando, súbitamente, tropezó con una monja a la que le pidió que lo escondiera bajo su hábito.
Los agentes de la KGB preguntaron a la religiosa si había visto al espía y le dieron su descripción. Ella les informa que no lo había visto.
Cuando ya el peligro había pasado, el espía salió de debajo del vestido de la monja y se inició el siguiente diálogo:
- Gracias, hermana, por haberme salvado de ser capturado por la KGB.
- Ha sido con mucho gusto, hijo.
- Tengo que decirle, hermana, que usted tiene unas hermosas piernas. ¿Se dio usted cuenta del besito que le di en las pantorrillas?
- Claro, hijo.
- ¿Sintió usted los besitos que le estampé en las piernas, antes de las rodillas?
- Sí, hijo.
- ¿Notó cuando fui subiendo y le cubrí las piernas de besos, arriba de las rodillas?
- Sí, hijo.
- ¿Qué hubiera sucedido si yo sigo subiendo, y subiendo y llenándola de besos?
- ¡Pues que me hubieras besado los huevos, cabrón! ¡Yo también soy un espía!
4 comentarios:
jajajajajaja, que buenooooooooooooooooooo!
Besos
nela
Gracias Nela
xDDDDDDD que bueno el chiste de verdad.
FALCONSS: Gracias
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