Tres hombres están desnudos tomando una sauna y, de repente, empieza a sonar un pitido.
El primer hombre, ingeniero de la Universidad Politécnica de París, aprieta su antebrazo y el pitido se detiene. Ante la mirada sorprendida del resto les dice:
- Es mi localizador. Tengo un microchip bajo la piel de mi brazo.
Unos minutos después suena una melodía polifónica y el segundo hombre, licenciado por la Universidad de Harvard, pone el pulgar en la oreja y el meñique en la boca y empieza a hablar.
Cuando acaba se dirige al resto y les dice:
- Es mi teléfono móvil. Lo tengo implantado bajo la piel de la palma de la mano.
El tercer hombre, un comerciante gallego, sintiéndose tecnológicamente desubicado, decide ausentarse un rato y aprovecha para ir al servicio. A los pocos minutos vuelve a la sauna con un pedazo de papel de water colgándole del culo.
Ante la estupefacción de todos los concurrentes se da cuenta y dirigiendose a ellos dice:
- Tranquilos, estoy recibiendo un fax.
4 comentarios:
ja,ja,ja...que bueno...menuda imaginación la del gallego¡ Saludos y que tengas un buen fin de semana.
Ramón
ANRAFERA: Gracias
jajajajjaaja, Qué bueno eso del fax, mejor no le poedía haber quedado ante tanta tecnología.
Hola querido Oskar. Sí, ya sé, mucha ausencia.......Por qué tu banner no me presenta el vínculo para llegar a esta tu casa? Podrías pasarme otro arreglado?
Te dejo un abrazo inmenso querido amigo, no dejo de quererte aunque haya menos roce cibernético, claro.
Yo
¿Dónde llegará la tecnología?. Hasta en el cu.... pueden implantarse chips. Pero ¿y a la hora de evacuar?. ; DDD
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